jueves, 8 de febrero de 2007

Nubes de algodón

Miraba por la ventana aquella mañana en la que todo parecía reluciente. Simplemente observaba como el pequeño gato intentaba adentrarse en la finca colindante. Parecía complicado, pero al final el gatito desapareció. Continué comprobando la maravillosa sensación de explorar desde la ventana de mi cuarto. Aquella casa era maravillosa. Aislada del ruido de coches, gente... simplemente disfrutando de los míos y de mis silencios vivía feliz. Que maravillosa sensación de paz.

De pronto me di cuenta de que el gatito se alejaba sin temor a encontrarse con ningún peligro. Observé y observé su movimiento hasta que el cielo se oscureció y sólo quise bajar corriendo a prender la chimenea.

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